Sobre este cuento, el propio Lester del Rey escribió lo siguiente:
"...Salí a comprar un ejemplar del Código del escritor, donde pude encontrar una lista de los requisitos que Campbell establecía para su revista. No me sirvió de mucho, salvo las siguientes líneas: «Quiero reacciones más que acciones. Quiero reacciones humanas. Aunque el protagonista sea un robot, debe tener reacciones humanas para que resulte interesante al lector».
"Muy bien; ¿qué era lo más humano que podía hacer un robot? Sin duda, enamorarse locamente. Me decidí por un robot femenino (porque en la mayoría de los relatos los robots mecánicos eran masculinos) y por un hombre al que, lógicamente, le habría repugnado el delirio amoroso de que ella le hacía objeto. Pero si yo dotaba a la protagonista de buenos sentimientos, él no podría resistírsele. Era una idea sentimental, y elegí un anticuado desenlace, igualmente sentimental (...)
"Titulé el cuento Helen O’Loy y me esforcé por no pasar de las cuatro mil quinientas palabras.
"Una semana después recibí un talón de 45 dólares. Era mucho dinero en aquellos días, además de la satisfacción que me procuraba comprobar que, si me lo proponía, podía agradar al editor. Mucho tiempo después, el pago inicial resultó ser sólo una pequeñísima porción del premio. Muchas personas (empezando por mí) consideran el cuento como uno de los mejores que he escrito. Y es raro el año que pasa sin que perciba cuatriplicado o quintuplicado, el precio original por derechos de reimpresión. No tengo una noción exacta de cuánto me ha significado ese cuento, pero la suma supera a las que gané con la mayor parte de mis viejas e ingeniosas historias."
Mucho ojo: Al leer este relato nos fijaremos que hay muchas actitudes machistas por parte de los personajes. Debemos recordar que el cuento es de 1938 (o sea, hace ya ¡87 años!) y que, en general, en aquellos años, lo que se esperaba de una mujer es que fuera una buena ama de casa y una amante y fiel esposa.